A reir para sanarnos

“La vida es en su totalidad una gran broma cósmica. No es algo serio, tómala seriamente y la perderás. Compréndela únicamente a través de la Risa”.OSHO.

En Oriente la risa se aprecia como la forma más rápida para eliminar los sufrimientos del ego. Aprender a reírse de uno mismo, nos da el estado de ánimo idóneo para vivir esta vida; un juego serio, una «Broma Cósmica», que sólo se puede vencer con el sentido del humor. Hemos aprendido a reírnos de los demás, mientras que los niños y las personas sabias, se ríen de ellos mismos y de la vida…un ser humano sin risa, es igual que un árbol sin flores.

La risa es algo tan familiar y propio a la especie humana y uno de los caminos más eficaces para combatir la enfermedad. Reírse es una función biológica necesaria para mantener el bienestar, tanto físico como mental, una hermosa puerta para lograr la relajación, abrir nuestra capacidad de sentir, de amar, de llegar al silencio, al éxtasis y a la creatividad. Su función esta controlada en el cerebro por el córtex prefontal,  zona que no desarrollan otros animales; somos los únicos seres con capacidad de reírnos (no de alegrarnos que es muy diferente).

Los niños están mucho más dispuestos a reírse que los adultos. Un niño sano se ríe un promedio de 300 veces al día, sin embargo, a medida que crecemos la risa es cada vez más costosa. Un adulto lo hace entre quince y cien veces al día. Cuanto más nos reímos, más fácil es luego provocar la risa y viceversa. La risa debe ser sincera, abierta, profunda, natural, libre de toda connotación e incluso, contagiosa.
Al reírnos más, estimulamos la secreción natural de distintas hormonas muy positivas para el organismo, como las endorfinas y serotoninas, las que están asociadas, entre otras funciones, al bienestar, la felicidad, la analgesia y la relajación. Por esta razón, tiene una fuerte influencia en potenciar el sistema inmunológico en general,  facilitando la superación de diferentes bloqueos físicos y mentales, como la enfermedad y el dolor. Con la risa devolvemos energía a las células de nuestro cuerpo, estas se oxigenan actuando en la plenitud de sus condiciones para combatir cualquier virus o bacteria que intente habitarnos.

La risa, en un nivel mental, consigue estados emocionales positivos. Nos relaja…sus movimientos eliminan tensiones y su efecto calmante dura cerca de 45 minutos. Distiende el músculo liso (ese que contraemos de manera involuntaria) tan fundamental para sanar enfermedades como colon irritable, bruxismo, stress, dolores de espalda e hipertensión. Cuando nos reímos, producimos una sana fatiga que el sueño repara con naturalidad, actuando eficazmente contra el insomnio.

Reírnos es el mejor método para eliminar cadenas de pensamientos negativos, al reír es imposible pensar, comunicándonos de una manera más fluida. Ante una situación problemática, nos ayuda a tomarnos las cosas desde un punto de vista mejor, dando la importancia que tienen y actuando positivamente hacia su solución. Después de 3 ó 4 minutos de risa, eliminamos toda congestión de pensamientos anteriores.

Diversos estudios del área médica, han comprobado una directa relación entre alegría y salud, como entre estados de tristeza y enfermedad. Hoy en día, en el área de la medicina holística (que integra la salud del cuerpo, la mente y el espíritu) se practica la Risoterapia, como herramienta de apoyo a diversas enfermedades que van desde trastornos del ánimo hasta cáncer y sida.

El hombre ha elevado mucho su nivel y expectativas de vida, pero se ha olvidado de la risa, convirtiéndonos en una sociedad que avanza hacia la tristeza, enfermedad y deshumanización. Nos reímos poco, nos movemos de una forma más rígida y estructurada, perdiendo la espontaneidad. Reivindiquemos la risa como el más preciado tesoro “propio del ser humano”….y a ser felices!!!.

Revista Olmué Vive. Artículo invierno 2011.